Colaboración de Marielly Lozano
Es un día normal en tu vida, revisas tus correos, después entras a Instagram y de repente aparecen unas personas de aspecto llamativo, portan trajes de colores y una actitud alegre, a primera vista lucen como si esa fotografía hubiera sido tomada en la semana de la moda en París o Londres, pero, algo definitivamente no cuadra en la imagen, el entorno no es exactamente glamoroso y te preguntas ¿En dónde fue tomada esa foto?
Mientras muchas regiones africanas atraviesan décadas de crisis sociales y económicas, hay un grupo de personas que están a la vanguardia de una pequeña pero animada estética indumentaria.
Los Dandis del Congo conforman una subcultura. Son personas bien vestidas y con una gran pasión por la moda que nace en Brazzaville, capital de la República del Congo, se reúnen y discuten sobre estilo: “Dejemos las armas y vistámonos elegantemente”, es un lema que se escucha a lo largo de las calles sin asfaltar.
Mientras que sus predecesores sólo vestían ropa de segunda mano procedente de Francia, los dandis modernos ahora prefieren las marcas de alta gama. Se dice que su nacimiento fue en 1920, influenciados por la moda europea que se imponía en esa época a través del colonialismo.
Los colonos les llevaban esta ropa directamente de Europa a sus empleados, con la certeza de que se ganarían su confianza a través de ello, de esta forma, los lugareños optaron por actuar de forma más educada, tratando de imitar a los extranjeros que llegaban de Francia.
Sin embargo, el movimiento se hizo más fuerte después de su independencia, en 1960. Su objetivo: obtener mayor respeto entre sus iguales y los colonizadores, un ideal de glamour y sofisticación que los hiciera olvidar la difícil situación que los rodeaba.
Hoy en día los dandis también son conocidos como Sapeurs, abreviatura francesa que significa Societé des Ambianceurs ese des Personnes Élégantes (Sociedad para el Progreso de la Gente Elegante). El look Sapeur se ha extendido a lo largo de estas excolonias francesas y su influencia es tan grande que los miembros de este movimiento se llegan a endeudar con grandes sumas de dinero.
Los Sapeurs prefieren comprar ropa de diseñador en lugar de obtener tierras para cultivo. No hay lugar para la ropa de imitación, su guardarropa está llena de conjuntos coloridos y elegantes de marcas como Yves Saint Laurent, Giorgio Armani, Gucci y zapatos J.M Weston.
Las personas que se encuentran dentro de este selecto club creen que vestirse bien les da prestigio en la comunidad, además de que les hace sentir bien y les da dignidad frente a las dificultades y la pobreza.
Los dandis se ven a sí mismos como embajadores de su país, donde vestirse bien ayuda a las personas a encontrar su voz para dar rienda suelta a su creatividad.
En 2012, esta subcultura llegó a los mass media a través de un documental titulado “Dandies” de la cineasta francesa Hélène Harder.
Incluso en varios países europeos como en Francia, España, Italia o Inglaterra han formado sus propios movimientos Sape y en tiempos recientes se han incorporado las mujeres, llamadas dentro de esta subcultura: Sapeuses.
El fotógrafo Héctor Mediavilla comenta: Se ven como artistas y encuentran en la ropa una forma de reivindicarse y mostrar de forma pacífica “una actitud de rebeldía ante la injusticia, a la que se enfrentan de una manera no violenta”.
Le Sape es una tradición y se ha convertido en símbolo de esperanza para muchos ciudadanos del Congo. Y a pesar de la pobreza, décadas de guerra civil, dictaduras y de que se pueden endeudar por años, estos trabajadores prefieren la alegría del buen vestir.
“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”.
Franz Grillparzer
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