La monotonía es un término que proviene del griego y hace referencia a la falta de variedad en cualquier cosa (mono=uno, tonía=tono). Puede afectar el ámbito laboral, familiar o de pareja.

La monotonía, es un enemigo mortal, nos puede llevar a un estado de amargura, que a su vez puede desembocar en problemas emocionales como el disgusto, el aburrimiento, la falta de motivación y en ocasiones más serias hasta la depresión.

A veces, podemos ser blanco de la monotonía y correr el riesgo de vivir inconformes con las demás personas y hasta con nosotras mismas.

Una de las opciones para combatir la monotonía es incrementar, de manera natural, las denominadas “hormonas de la felicidad”, mismas que tienen un efecto directo en nuestro estado de ánimo. Algunas de ellas se encargan de regular nuestro apetito y mejorar nuestro estado de ánimo y otras son las responsables de regular los niveles de estrés y aliviar los dolores. Vamos a descubrir sus funciones y cómo potenciar su funcionamiento.

Serotonina

La serotonina funciona como neurotransmisor que comunica señales entre los nervios. Es necesaria para que el cerebro y las células nerviosas funcionen.

Se trata de la hormona de la felicidad por excelencia, aunque también es un neurotransmisor. La gran mayoría de medicamentos antidepresivos actúan sobre los receptores de serotonina en el cerebro para aumentar su funcionamiento.

Esta sustancia es la encargada de la inhibición de la ira y la agresión, la regulación de la temperatura corporal y la presión arterial, la regulación del humor y el descanso e incluso influye en los niveles de lívido y apetito, cuando tenemos niveles bajos de esta sustancia, fácilmente podemos entrar en un cuadro depresivo.

Para producir serotonina, el organismo necesita del aminoácido triptófano, que podemos obtener al ingerir alimentos como queso, chocolate, huevos, leche, pollo o nueces.

Asimismo, puedes optar por alimentos ricos en zinc (como espinacas) y magnesio (como salvado de trigo, almendras, aguacate y frutos secos).

El deporte también aumenta los niveles de serotonina, practicarlo conlleva a una mayor sensación de bienestar.

También se aconseja evitar el exceso de calor, alimentarse bien, reducir el consumo de alcohol y de cafeína, así como reservar un momento para tomar el sol.

Entre sus principales funciones se encuentran: participar en los mecanismos que rigen la ansiedad, el miedo, angustia y agresividad.

Dopamina

La dopamina es a la vez hormona y neurotransmisor, de manera que se produce en nuestro cerebro; concretamente la libera el hipotálamo. Esta sustancia también es conocida como “Molécula de Recompensa”, puesto que aparece de forma abundante en situaciones en las que se consigue un objetivo marcado u obtenemos una recompensa inesperada. También es de las hormonas más abundantes en nuestro cerebro cuando nos enamoramos.

La sensación que nos produce es de placer y bienestar, pero tiene funciones muy variadas, influyendo en el comportamiento, la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche o prolactina, el sueño, el humor, la atención y el aprendizaje.

Si tenemos unos niveles bajos de dopamina podemos tener trastornos de salud, como por ejemplo la enfermedad de Parkinson, relacionada con la muerte de neuronas relacionadas con esta sustancia.

Podemos aumentar la concentración de esta hormona de maneras muy diversas, como por ejemplo comiendo fruta muy madura (como las partes oscuras de los plátanos o las manzanas oxidadas). Otra muy buena manera de aumentar la dopamina es fijándonos objetivos a largo plazo, pero, creando mini-metas que nos hagan alcanzar nuestro objetivo.

Algunos alimentos que puedes consumir para estimular la producción de dopamina son los antioxidantes, como fresas y arándanos.

Asimismo, la encuentras en el té verde, pescados y camarones ricos en omega 3 y el chocolate.

Oxitocina

Es la hormona que nos permite establecer vínculos duraderos. Sirve para sentir una mayor seguridad y socializar mejor. Puesto que es la responsable de las conexiones humanas, la confianza, el placer y la generosidad.

Esta hormona se sintetiza en el hipotálamo del cerebro y es también la responsable del vínculo “químico” entre madre e hijo, ya que se libera en grandes cantidades con el parto y la lactancia. También influye en la empatía y la sociabilidad, además de la sensación de pertenencia a un grupo.

Cuando tenemos niveles elevados de esta hormona se produce sensación de tranquilidad, reduciendo la ansiedad y el estrés y generando sensación de confianza. Debido a estas propiedades, se está investigando su posible uso de forma terapéutica para el tratamiento del autismo.

Podemos aumentar los niveles de oxitocina a través del contacto, como abrazos o caricias, y de las relaciones sexuales y el orgasmo, así como en situaciones sociales, tanto creando vínculos nuevos como reforzando aquellos que ya tenemos.

Es producida por el hipotálamo y regula conductas y emociones. Su ausencia puede acarrear predisposición a la depresión, falta de empatía y problemas en las relaciones sociales.

Puedes estimular la producción de oxitocinas al consumir chocolate.

La investigadora Loretta G. Breuning, asegura que los niveles de oxitocina también pueden aumentar gracias a un simple abrazo.

Ingerir alimentos como perejil, romero, hierbabuena o tomillo también puede incentivar su producción. Durante las relaciones sexuales, segregamos grandes cantidades de oxitocina.

Además, mantener una buena comunicación y recibir un masaje también son formas de estimular esta hormona.

Endorfinas

Las endorfinas son una sustancia conocida por su efecto analgésico. Se liberan a través de la médula espinal por el torrente sanguíneo y sus efectos pueden ser hasta 20 veces más potentes que los de los analgésicos que se venden en las farmacias. Son tan potentes que pueden incluso “eliminar” el dolor en situaciones de mucho estrés.

Una buena manera de aumentar las endorfinas en nuestro cuerpo es hacer deporte, pero generaremos más cantidad de esta hormona si además lo practicamos con amigos o personas que nos importan, puesto que la interacción agradable con personas con quién compartimos un vínculo ayuda a generar este tipo de hormona.

Otras actividades que aumentan la cantidad de endorfinas podrían ser comer chocolate, tomar el sol, hacerse masajes, meditación, yoga, bailar, cantar, escuchar música, pintar, moldear, ejercicios respiratorios, correr, ir con bicicleta o nadar, etc.

En conclusión, incrementar este “cuarteto de la felicidad” puede mejorar tu calidad de vida y combatir momentos rutinarios, que nos puedan llevar a perder el buen humor.

Ahora, ya sabes cómo potenciar las sensaciones de bienestar. Recuerda, sonreír, pasar tiempo con personas que quieres, admirar la naturaleza, bailar, cantar a todo pulmón, en la bañera o en medio del tránsito vehicular, así como comer un delicioso chocolate te hará sentirte mejor de inmediato.